martes, 16 de agosto de 2016

#33 Duelo

Piensa en una palabra que no suelas utilizar y búscala en Google imágenes. Escribe una historia sobre la tercera imagen.

(He hecho un poco de trampa, porque para que fuera más sorpresa he escogido una palabra al azar del diccionario, que ha sido FUMAR.)



Estoy fumando en el balcón cuando cae la primera bomba. Los aviones pasan por encima de mí, riéndose de todos aquellos a los que han dejado aquí abajo. Las columnas de humo se elevan sobre la ciudad, emborronando la vista de los supervivientes, que chocan entre ellos asustados. O eso creo. Me quedo aquí parado, sin poder creer que haya llegado este momento. Mientras trato de asimilarlo, mi cigarro se cae en el jardín del vecino, que dudo mucho que se queje ahora mismo. Las alarmas resuenan sin descanso, aunque a mí me recuerdan a caballos galopando.

Agarro la barandilla hasta que se me quedan los nudillos en blanco, le pego una patada a la silla, intentando liberar todo lo que siento. Esos cabrones están acabando con la ciudad en la que me he criado. Ojalá tuviera alguno entre mis manos. 

Le doy un puñetazo a los ladrillos de la pared, y cuando veo la sangre entre mis dedos caigo al suelo. Junto las manos, que se quedan enganchadas, y rezo al Dios en el que nunca he creído. Le pido que me deje más tiempo, que yo podré arreglar este desastre. A cambio seguiré rezando cada noche, y donaré lo poco que tengo a la Iglesia, le digo. Es un trato justo, ¿no? Pues nadie me responde.

He luchado demasiado tiempo para pararlo, y no ha servido de nada. Todas las pancartas, todos los gritos y puños alzados y todas las firmas no han servido para nada, viendo como al final todo se reduce a polvo, a cenizas. A nada. Se acerca el fin del mundo, según las últimas noticias. Después de esto solo quedaran ruinas y lisiados, intentando alargar una sociedad moribunda desde hace tiempo. 

¿De qué sirve nada de lo que hacemos, si al final acabaremos muriendo? Mi arte desparecerá en cuanto arda este trozo de mundo, todo el esfuerzo en crear algo que perdure ha sido en vano. Porque la tinta correrá como correrá mi sangre. 

Entro en mi habitación y del cajón saco todos mis textos. Entre ellos encuentro una vieja revista, donde se puede leer el único relato que me han publicado. "Héroe de guerra". Qué estupidez. No hay héroes en este mundo, como tampoco hay villanos. Solo existe gente, que intenta hacer lo mejor para sí mismo o, si lo creen oportuno, para los demás. Nadie está exento de fallos.

¿Por qué se me ocurren todas estas reflexiones antes de morir? Tendría que estar llamando a mis seres queridos, decirles exactamente eso, que les quiero, y sentarme a esperar el final. Supongo que mi mente luchará hasta el último momento.

Vuelvo a mirar mis textos y entonces me doy cuenta. No ha servido de nada, pero al menos he hecho algo. No me he limitado a sobrevivir como hace la mayoría. He creado algo a partir de nada, que no habrá cambiado las cosas, porque una persona sola es muy difícil que lo haga. Pero no me he rendido, de la misma manera que no lo estoy haciendo, aunque veo un avión que se dirige hacia esta parte de la ciudad. He creado hasta el final, y eso me basta. Además, las ideas son lo último que muere.

Dicen que la destrucción es una forma de creación, ¿no? Pues menuda están creando estos hijos de puta.

Guillermo Domínguez

2 comentarios:

  1. Hola, venia a contarles que los he nominado al Versatile Blogger Award, espero que pasen a verlo, saludos :)

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