El
otro día leí un artículo llamado "The middle of things: Advice for young writers" en la
revista The New Yorker.
El artículo, escrito por Andrew Solomon, es un discurso adaptado que el autor pronunció en los
Whiting Writer's Awards y trata de dar algunos consejos a los jóvenes
escritores, usando como punto de referencia las ya conocidas recomendaciones que aparecen en Cartas a un joven poeta de Rainer Maria Rilke.
El columnista basa su argumentación en la importancia del punto medio de las cosas, puesto que considera que ese punto es menos emocionante que el principio y menos dramático que el final. También recuerda al lector que no hay una madureza significativa sin que haya existido un principio igual de significativo. Sin embargo, después de haber recomendado no pedir consejo a los más expermientados y, sobretodo, que estos no ofrezcan consejos, añade una afimación tan obvia como cierta (que a menudo olvidamos): "Mientras que toda la gente mayor ha sido joven, nadie joven ha sido viejo". Es entonces cuando se refiere a Cartas a un joven poeta, ya que se trata de la expresión última de la sabiduría poética intergeneracional y usa los mandatos que de ahí se extraen para elaborar su discurso.
What I’d really like, in fact, is to be young and middle-aged, and perhaps even very old, all at the same time—and to be dark- and fair-skinned, deaf and hearing, gay and straight, male and female. I can’t do that in life, but I can do it in writing, and so can you. Never forget that the truest luxury is imagination, and that being a writer gives you the leeway to exploit all of the imagination’s curious intricacies, to be what you were, what you are, what you will be, and what everyone else is or was or will be, too.
Andrew Solomon
Con motivo del Día Mundial de la Poesía, el pasado 20 de marzo, he elaborado un Decálogo del joven escritor a partir de los consejos que aparecen en el artículo mencionado:
1.
Lee lo menos posible las críticas literarias.
Como recomienda Rilke, hay que entrar en uno mismo antes de salir a preguntar opinión y consejo.
2.
Ten paciencia con todo aquello que permanece sin resolver en tu
corazón.
Ama las preguntas, no busques respuestas, pues estas hay que vivirlas. Ahora, como jóvenes escritores, nos toca vivir las preguntas y, quizás, en un futuro lejano, viviremos las respuestas. La creencia de que las preguntas son valiosas, tengan o no respuesta, es cosa de un escritor maduro. Hoy en día no nos queda más remedio que vivir las preguntas, pues las posibles respuestas se han multiplicado.
3.
Usa las cosas que te envuelven para expresarte.
Usa también las imágenes de tus sueños y los objetos de tu memoria. Si tu vida diaria parece pobre, no la culpes: cúlpate a ti mismo. Para un creador no hay nada poco importante o pobre.
4.
El trabajo del escritor es poner palabras a lo intangible.
El escritor debe ser capaz de describir aquello que parece imposible de describir, debe usar el lenguaje para encubrir las experiencias más volátiles, lo que solo se percibe con el corazón.
5.
Pregúntate: ¿Debo escibir?
Si respondes con un sencillo ''debo'', entonces construye tu vida en base a eso. Los escritores estamos en este camino porque lo vemos como la única posibilidad.
6.
La dificultad en sí misma es lo que hace el esfuerzo tan
gratificante.
Debemos entender la dificultad como parte de la meta. Puede sonar masoquista, pero lo es tanto como el enlazar palabras con la experiencia es una fuente tanto de dolor como de placer.
To be an artist means: not to calculate and count; to grow and ripen like a tree which does not hurry the flow of its sap and stands at ease in the spring gales without fearing that no summer may follow. It will come. But it comes only to those who are patient, who are simply there in their vast, quiet tranquility, as if eternity lay before them.
Rainer Maria Rilke
7.
Solo viviendo en el mundo, adquieres la habilidad de representarlo.
8.
Intenta no dejar que tus palabras superen tu experiencia.
9.
Nunca supongas que lo gracioso es lo contrario a lo serio.
No hay que caer en la estricta formalidad, pero tampoco hay que abusar del estilo cómico. Esta norma es aplicable a todos los géneros. La solución recae en acercarse al punto medio, persigue la ilusión del inicio sin perder de vista la realidad.
10.
Recuerda que escribir cosas las hace reales.
El lenguaje es el nexo de la humanidad, es donde reside nuestro conocimiento y nuestra esperanza. Recuerda también que es casi imposible odiar a alguien cuya historia conoces y, por encima de todo, no olvides que escribir tiene un propósito moral.
La reflexión final del artículo me ha maravillado. Después de hacer un recorrido por los mejores pasajes de Rilke, aportando su propia voz de la experiencia, nos lleva al futuro. ¿Qué nos deparará a los jóvenes escritores el futuro? ¿Cuál será nuestra realidad? Bien, él no tiene la respuesta, pero de lo que está seguro es de que la literatura es lo que tenemos para defender nuestra libertad y lo que da sustento a nuestra esperanza.
Nota: El articulista también crítica la tendencia a simplificar, a reducir, y lo considera un error. Puesto que yo ya lo he cometido, te invito a ti a no hacerlo y a leer su artículo completo para comprender lo que aquí te he dejado entrever.
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